No sé si soy un súper héroe o un villano. En la escuela aprendí que los súper héroes comemos sano, no queremos lastimar a nadie, solo los ponemos a los malhechores entre rejas y enseñamos lecciones de vida a través del amor. En cambio, de los villanos nos hablaron un poco más, se pueden dar algunas licencias como robar, comer comida chatarra, romper cosas, entongarse con los políticos corruptos, odiar a la gente, tienen propósitos un poco más claros. Se podría decir, que son los que inician el fuego que los héroes esperan para actuar, esforzarse muy poco, terminar cualquier vestigio de ceniza mal apagada y llevarse los laureles.
En la escuela de héroes, también les daban clases a los villanos, trataban de que fueran un poco menos villanos, pero igual, no dejaban de ser malos. Una vuelta, Jaume Valdivianos, uno de los más malos de los malos, se le ocurrió congelarme la puerta de el baño cuando fuí a hacer lo segundo, así, tal cual, en cuestión de segundos, yo estaba encerrado con un bloque de hielo en el baño del cole. Me hubiera encantado tener bolas de fuego en mis manos para derretirlo, o rayos láser para cortarlo a la mitad, si hubiera podido traspasar las paredes ( hubiera conservado las pruebas intactas) o tener super fuerza para hacer añicos aquella puerta, volar y salir por la ventana, o super pulmones para gritar tan fuerte que se rompa el bloque, pero no, a cambio de eso, yo tenía poderes psíquicos, así que encontré al primero que pasó cerca de la puerta, Charlie Rubenstein fue el damnificado. Intenté hacer que rompiera el bloque congelado que me separaba del pasillo escolar, controlando su mente, pero mis pensamientos estaban tan nublados por la necesidad de hablar con el director para que sancionará a Jaime, que en lugar de lograr que Charlie me liberará, hice que el dire destrozara su escritorio, él, sí tenía visión láser. Charlie sin embargo solo pudo quedarse parado mirando hacia el baño durante unas dos horas y se perdió la clase de Diseño de traje laboral y un recreo por mi culpa.
Cuando me liberaron, el director me sancionó por qué supo que fuí yo, quien hizo que con sus propios poderes destrozara el escritorio, por qué hice que un compañero perdiera una clase primordial para el reconocimiento de su heroísmo y por qué de la rabia patee tan fuerte un tacho de basura que rebotó y rompió un espejo.
Antes de terminar la jornada, fuí hacia Jaime e hice que se grabará y subiera a Instagram un vídeo en el que le rayaba, congelaba y pinchaba las ruedas del auto del Director. Yo todavía no controlaba muy bien mis poderes, para lograr someter a una persona necesitaba estar al menos a veinte metros del sujeto y lamentablemente salí en el vídeo de fondo. Por ese error de cálculo, me sancionaron y me cambiaron de colegio.
En ese momento, creo que empecé a tener estás tendencias villanas, no me da vergüenza asumirlo, ¿está mal para ser un héroe O está bien para ser un villano?
Yo no quería hacer voluntariamente ninguna de las cosas que hice aquella vez, pero si, una vez me quedé con una lapicera que me encantaba, aunque no era mía, solo me la habían prestado. Esto me pareció insignificante para ser un villano, ahora cuando tengo mucha irá como cubitos de hielo, otro de mis poderes es no sufrir el frío en los dientes, pero mis viejos dicen que eso le hace mal al esmalte dental .
No hay ningún héroe con dientes feos, pero no soy un Villano, podría estar fumando o tomando alcohol y sin embargo, soy solo un héroe, que come hielo.