Ha nacido en el regazo de una tejedora de confianza, el fin de su existencia fué algún martes en enero del 2000 a la edad de 4 años luego de haber sido muy amado por su portadora.
Con él se han volado nuestros mejores recuerdos de infancia, un poco de la inocencia de una niña, el apego por un elemento humanizado, el calor de las mañanitas.
Nino era muy amado, nació amarillo, con el tiempo se fué poniendo blanco.
Tu alma gemela ha seguido camino con cualquier otra frazada que no te llega ni a los talones. Jamás dejaré de llorar tu partida, como cuando eras arrancado de mis brazos para el aseo semanal, yo esperaba debajo de ti mientras pendías de la soga del tender. Tus gotitas de agua con perfume caían en mi rostro y se unían a mis lágrimas, recorriendo mi carita y mojando la blusa. Ahora mis lágrimas ya no se mezclarán nunca más con tus gotitas, serán lágrimas solitarias, pero el dolor viene del mismo lugar. Del corazón.
Parece ayer cuando caminábamos juntos de la mano hasta el patio de casa, vos te veías como la cola de un vestido de novia detrás mío y me esperabas hasta que mis ojitos quieran descansar, pareciera ayer cuando nos acostamos en el suelo de baldosas blancas a tomar la leche y a dormir la siesta.
Recuerdo tu contorno de raso con tanto cariño como suavidad me han dejado sentir, una delicia de amistad la nuestra, jamás podré encontrar una compañía tan fiel como la tuya.
En este plano terrenal quedo yo, mi vieja que te lavaba entre semana, mis hermanas que reían al verme extrañarte, quedan las tres muñecas con cara de porcelana y vestiditos de seda, el pez payaso de Mcdonalds y el perrito de ojos saltones al que le corté la cola en tu presencia.
Nino, no tuvimos tiempo de hablar de nuestros sueños o aspiraciones, creo que la vida te me arrebató de las manos con demasiado anticipo…
Has ejercido un trabajo impecable, como disfraz de fantasma o como barrera para los reales, como cobijo de amor, como acariciador de mi surco nasolabial para conciliar el sueño, como protector como prolongador de mi cuna en cualquier espacio de la casa o del jardín, como mi refugio, y mi mejor amigo. Te has abierto camino en la familia, todos sabían quién era tu preferida de la casa.
Tu partida fué muy dolorosa querido Nino, cuando Socorro te encontró en mi ausencia, y encontró un momento ideal para jugar contigo, uno de sus colmillos te dió lo que hoy puedo decir que fué el inicio de tu triste despedida, un gran desgarro entre tus cuadraditos, dejando un corazón con agujeritos en uno de tus laterales, que angustia me da recordar aquel forcejeo con el perro, me siento responsable de alguna manera, podría haberte evitado tanto sufrimiento, Nino, te pido perdon.
Nino, después vino tu reemplazo, pero como tu calor no hay dos. Mi madre inhumana decidió darte otro uso sin mi consentimiento, me dijo que iban a ser muchos hermanitos y de un tijeretazo te convirtió en muchos repasadores para la cocina.
Que triste Nino tu partida me duele mucho aún, no me he podido despedir, pero te prometo, en donde quiera que estés, en la cocina de mi madre, o en el cajón de los repasadores viejos, a mis hijos les voy a regalar un noni como el mío. Mi noni Nino.